domingo, 17 de octubre de 2010

Los pronósticos y el futuro de la marca PSOE

Tómome a liberdade de publicar este interesante artigo do amigo e compañeiro coruñés, Pablo Arangüena que podedes atopar no Blog de Izquierda 21:
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IZQUIERDA 21 é o grupo ó que pertence Pablo e outros amigos da esquerda coruñesa que intentan facer o que está fallando nestes instantes na esquerda en xeral, Debate de ideas.

Saúdos para eles, dende o templete da alameda vilalbesa.



Escuché el otro día a un superministro, al cual le pedían en la radio su opinión acerca de cuándo empezará a despejarse el horizonte de la crisis en España, que “nadie es capaz de hacer pronósticos”. Yo, en cambio, como soy muy osado y sin consciencia de parentesco alguno con Nostradamus, estoy convencido de que, al estado actual de la ciencia, pueden hacerse, como mínimo, tres pronósticos con una elevada probabilidad de cumplimiento.

Pronóstico 1: La economía española permanecerá estancada durante años. Esto es así, en primer lugar, porque el endeudamiento total (público + privado) de la economía española asciende, según las fuentes más moderadas, a un 350% del PIB, que es una proporción muy elevada, que no puede incrementarse más como se ha venido haciendo en el pasado y que lastrará el crecimiento de forma permanente. Por cierto, es bueno aclarar que la mayor parte de este endeudamiento es privado y generado mientras gobernaba el PP. En segundo lugar, porque no es fácil pasar de un modelo basado en la construcción (también pública y privada) a otro basado en una economía más productiva y esto, en el supuesto de que se consiga, lleva años, según muestra la experiencia comparada de países con una buena gobernanza.

Pronóstico 2: En ausencia de crecimiento, la tasa de paro no descenderá significativamente, porque, según las leyes económicas aplicadas a la experiencia española, no baja si la economía no crece, aproximadamente, por encima del 2,5%. Por eso podemos esperar que el paro se mantenga estable en torno al 20% de la población durante bastante tiempo, probablemente años.
Pronóstico 3: Si el paro no desciende, es altísimamente probable que las próximas elecciones generales las gane el PP si no hace nada fuera de lo normal, tipo pelarle la barba a Rajoy, proponer a Aznar para el Nóbel de la Paz o tratar de canonizar a Camps. De hecho, lo contrario sería un milagro porque, como alguien dijo una vez, “es la economía, estúpidos” y porque no parece probable que los nuevos parados y sus (NUESTRAS) familias vayan a estar muy contentos mientras no mejore su situación.

Si los anteriores pronósticos suenan acertados me parece que sería bueno empezar a plantearse que el PSOE es, además de una mera maquinaria electoral, una marca política centenaria y que su correcta gestión es fundamental para no comprometer su futuro. La gestión de una marca implica cuidar los atributos que la configuran. Por ejemplo, si Bodegas Vega Sicilia detecta que hay un gran mercado entre los jóvenes botelloneros y lanza una línea de kalimocho a base de grandes reservas, los valores que representa su marca se verían comprometidos a medio y largo plazo aunque el kalimocho tuviera éxito a corto plazo.La marca PSOE se ha fundamentado tradicionalmente, en mi opinión, en los valores básicos y amplios de socialdemocracia ( redistribución y defensa de lo público, incluyendo las instituciones democráticas) y libertad. Si bien en materia de libertades el balance que puede exhibir este gobierno es positivo, en la otra vertiente, la socialdemocracia, se ha ido de más (pensiones y salario mínimo en la primera legislatura) a menos hasta llegar a las últimas decisiones que, si algunos entienden, muy pocos comparten. No voy a entrar al detalle pero, si fue difícil en su momento entender medidas como el cheque bebé, la desgravación de los 400 euros (en ambos casos, medidas no progresivas y que, sin atacar las causas de la crisis, se limitaban a maquillar sus efectos ) o la supresión del impuesto del patrimonio (por su simbolismo regresivo, más que por su importancia), las últimas medidas, como la reforma laboral o la congelación de pensiones, son de las que erosionan la imagen del PSOE hasta niveles difíciles de predecir porque afectan de forma duradera a los cimientos de la marca. Aún en el supuesto de asumir la necesidad de su adopción (la presión insoportable de “los mercados” sobre la deuda con la que cubrimos el déficit público y los toques de atención de quienes dirigen el cotarro económico más allá de los Pirineos), menos comprensible es la forma en que se ha hecho, de la noche a la mañana y sin hacer ningún tipo de pedagogía o preparación, como si la dificultad para elaborar pronósticos nos hubiera metido de cabeza en una larga excursión infantil por un mundo de sorpresas imprevistas.

En esta situación, aparte de hacer buenos pronósticos, parece que toca empezar a pensar más allá de las próximas elecciones e ir diseñando una salida que se aparte de los personalismos y minimice los daños al partido, que seguirá estando ahí cuando sus dirigentes ya no estén.

Por cierto, yo también soy partidario de la limitación de mandatos.

Pablo Arangüena.

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